No puedo evitar al ver esta imagen pensar en todos los sueños que tendría este chaval. Al verlo asi de feliz y desbordando simpatia, cualquiera diría que ha de comerse el mundo. Tan inocente y alegre que sólo verlo da tranquilidad y confianza. Seguro que ese chaval merecía mejor suerte; pero, al menos por ahora, no he podido darle ni la mitad de aquello a lo que aspiraba.
Ese niño confiaba en mi, en que yo lograría vivir sus sueños. Aun estoy a tiempo, aun estoy en deuda. Tal vez algún dia cuando lo vea él me felicite y me de las gracias por cumplir sus esperanzas. De momento queda mucho por luchar, espero que siga confiando en mi.